quarta-feira, 25 de fevereiro de 2009

Orden de los Caballeros Martinistas



Llamada posteriormente Colegio de los Caballeros Martinistas, y actualmente Colegio del Templo del Hombre.

Si mencionamos esta Orden es porque entra dentro, en una de las dos orientaciones, de una intención y unos ritos resueltamente Martinistas. Sin embargo, toma poco a poco una orientación más ligada con el esoterismo y la caballería.

Esta orden fue fundada en 1980 por Pierra Crimetz, entonces principal responsable de la Orden Martinista Tradicional. Devino Soberano Gran Maestro mientras que su esposa devino Gran Maestra.

El nacimiento de esta Orden causó un gran clamor en el seno de la O.·.M.·.T.·. y de A.·.M.·.O.·.R.·.C.·. de la que Pierre Crimetz era uno de los altos dirigentes desde hacía muchos años. La O.·.M.·.T.·. estaba en cierta época bajo la dirección de Raymond Bernard, Legado Supremo para Europa y de Christian Bernard, Gran Maestro para Francia. Parece que el Legado Supremo estuvo ligado a la creación de esta Orden, aunque ningún texto oficial lo estipula. Citamos un extracto del folleto hablando sobre los inicios de esta Orden: “P. Crimetz contactó en 1980 con un alto responsable del dominio tradicional de la caballería (...). Recibió el jueves 23 de Octubre de 1980 una iniciación de alto grado, a partir de la cuál fue proclamado Fundador de la Orden de los Caballeros Martinistas. Esta ceremonia se desarrolló en un templo tradicional y auténtico en alguna parte de Europa. Durante esta ceremonia, el iniciador ofició en tanto que representante de la Tradición Primordial. Una veintena de Superiores Desconocidos han asistido a este acontecimiento excepcional en el dominio tradicional...”

Contrariamente a las tradiciones Martinistas, ninguna filiación es mencionada, ningún lugar preciso, ninguna reseña. Una característica sobre la caballería sí que se menciona, pero no se precisa más.

Dejando de lado la naturaleza de la filiación Martinista, podemos preguntarnos sobre la filiación caballeresca. Podríamos pensar que se trata de una caballería espiritual sin origen histórico. Sin embargo, si ese fuera el caso, es preciso reconocer que puede perfectamente ser respetable y seria, aunque diferente de la que podría ser por filiación histórica.

Hemos sugerido los problemas que conoció la Orden en sus inicios. Se encontraba efectivamente acreditada y sostenida por el Legado Supremo de la O.·.M.·.T.·., R. Bernard, entonces Gran Maestro. C. Bernard, permanece, respecto a todo esto, en silencio. Una carta fue enviada a las Héptadas de la O.·.M.·.T.·. por el Legado Supremo explicando la dimisión de P. Crimetz en estos términos: “... Tengo el deber de informaros que nuestro querido hermano Pierre Crimetz abandona hoy su función y sus actividades en el seno de la Orden Martinista Tradicional para continuar su obra en otros servicios para el bien de la tradición. Su esposa, nuestra querida hermana Andrea Crimetz, también se va para asistirle en su tarea...”. Algunos, pocos, comprendieron, pero una parte de la O.·.M.·.T.·., miembros y dirigentes iniciaron una campaña de calumnias muy eficaz. Raymond Bernard fue obligado a redactar una segunda carta para calmar los ánimos.

La agitación de la O.·.M.·.T.·. no se calmó más que poco a poco, con el paso del tiempo. Las calumnias desaparecieron a gran escala. Al principio, en efecto, la O.·.M.·.T.·. tomó partido por aquél que encarnaba la mística tradicional y ello perturbó enormemente a los hermanos que vacilaban en seguir en el nuevo Orden. El tiempo de duda fue utilizado para contrarrestar este impacto y conservar el máximo de miembros.

Hemos querido insistir sobre las grandes líneas de esta creación para demostrar como una Orden puede constituirse y evolucionar. Algunos años después de su fundación la Orden cambia de expresión y toma el nombre de “Colegio de los Caballeros Martinistas”, para un tiempo después abandonar la expresión Martinista y devenir en el “Colegio del Templo del Hombre”. Remarquemos la asociación de conceptos entre la tradición Templaria y el nombre de una obra de Schwaller de Lubicz: “El templo del hombre”, correspondiente a un estudio muy personal del templo de Luxor, donde aparece una dimensión egipcia.

Intentemos mientras dar las grandes características de su enseñanza durante el periodo en el que la Orden tenía aun su denominación Martinista.

Durante los tres años que siguieron a su creación, los diversos ritos iniciáticos y de grupo eran próximos a aquellos practicados en la Orden Martinista Tradicional. La evolución de la orden acentúa el carácter caballeresco.

A nuestro entender el trabajo en la Orden se efectuaba en este momento de tres formas:

1º- a) Por la recepción de manuscritos de enseñanza tradicional elaborados por el Soberano Gran Maestro sobre los siguientes temas: El Martinismo, la Cábala, el simbolismo, la historia esotérica, la caballería,... Estos textos son dentro del conjunto mucho más serios y profundos que aquellos de la O.·.M.·.T.·. sin ser demasiado ortodoxos desde el punto de vista de la doctrina Martinista.


b) Por la recepción de manuscritos elaborados por el Gran Maestro concernientes al “arte de vivir” y que tratan de hecho de los problemas actuales y cotidianos de la vida de pareja.

2º- Por el trabajo en oratorio. Los manuscritos del Soberano Gran Maestro son leídos a los miembros. Conciernen a los mismos temas que por correspondencia. Un ejercicio místico es seguidamente practicado por el grupo antes de debatir los conocimientos adquiridos. Todo esto con los mismos inconvenientes que hemos anotado antes sobre la O.·.M.·.T.·..

3º - Por el trabajo desde los retiros: Los miembros son invitados a retirarse en la sede de la Orden para efectuar unos retiros de dos a tres días. En ellos los miembros reciben una enseñanza oral del Soberano Gran Maestro sobre temas operativos. Según la Orden se trata de prácticas Martinistas. Los miembros que hayan completado estos retiros siguen las enseñanzas en su oratorio privado y envían informes de sus trabajos. Precisemos que estos retiros están escalonados en grados, permitiendo franquear las iniciaciones de la Orden hasta el grado de caballero.

Esta práctica fue una especie de innovación dentro de las Órdenes esotéricas modernas y permite un conjunto serio de trabajos para los miembros en su domicilio. Es preciso reconocer sin embargo el freno indirecto derivado de estos retiros desde el punto de vista financiero. Según los textos que hemos consultado la enseñanza operativa es poco Martinista. Se trata de ritos de la Golden Dawn inglesa. Recordamos que la Golden Dawn es una orden mágica inglesa fundada sobre una práctica activa de la Cábala.

Concluimos el estudio de esta Orden con una carta que nos ha sido dirigida por su Soberano Gran Maestro en respuesta a la presentación que hemos hecho de su Orden. La reproducimos textualmente:

“Primeramente, quiero señalar que mi filiación Martinista es, por una parte, auténtica, ya que ella me ha sido conferida en su totalidad por Raymond BERNARD en 1966. La rama que constituye lo que se denominó al principio “Orden de los Caballeros Martinistas” no empieza entonces con mi filiación propia tras Christian Bernard, y según vuestro diagrama, sino directamente de Raymond BERNARD. Respecto a la filiación caballeresca, si os puedo decir que la ostento desde hace numerosos años, habiendo tenido el privilegio de haber servido dentro de A.·.M.·.O.·.R.·.C.·. y de tener ciertas funciones esotéricas importantes y sobretodo en cuanto Maestro de los Illuminati, he recibido ciertos legados concernientes a la Caballería Templaria. Así la ceremonia del 23 de Octubre de 1980, habilitándonos para constituir una nueva rama de la Tradición, no ha sido más que una confirmación de las filiaciones así como de la posibilidad de difundir o de retransmitir la influencia de la Caballería. Los rosacruces que pertenecían al círculo de los Illuminati saben muy bien que Raymond BERNARD poseía la filiación Templaria desde hacia tiempo, ya que la tenida ritual que condujo desde las ceremonias reservadas a los Illuminati no dejan ninguna duda.

Dicho esto, debo añadir, en lo concerniente a la Caballería, que el 27 de Diciembre de 1985, hemos sido armados “CABALLEROS DE LA ORDEN DE SAN MIGUEL” por el Caballero Michel SWYSEN, él mismo armado por Paul, Pierre, Jean NEYEU, Barón de Ginebra, nacido en la Fleche el 1º de Abril de 1882. “LA ORDEN DE SAN MIGUEL” llamada en nuestra época “ARCHICOMPAÑÍA MICHAELITA”, era en su esencia de estricta Observancia Cristiana Medieval y tenía línea directa con la Caballería Templaria. Su transmisión se ha efectuado a través de numerosas personalidades de la Historia, sobretodo algunos reyes de Francia y de España. [...]

Por lo que respecta a nuestra organización, su desarrollo y su expresión se continuan según un plan muy preciso. Su nombre de inicio ha sido “Orden de los Caballeros Martinistas”, después “Colegio de la Caballería Martinista” y después del 27 de Septiembre de 1986, lleva el nombre de “COLEGIO DEL TEMPLO DEL HOMBRE”. Este nombre concretiza la influencia Templaria que ya existía desde la creación, sin estar, sin embargo, definida con precisión, ya que las bases de partida eran Martinistas. No se trata pues, para nosotros, de reconstruir una Orden del Temple, sino, simplemente, de volver a los orígenes de una parte del Martinismo y, por otro lado, de una rama particular de la francmasonería. [...]

Sin embargo, continuamos enseñando y practicando aquello que se llama en nuestros días el “Martinismo” y que, de hecho, ha tenido su origen, y los archivos esotéricos lo prueba, en la antigua Caballería Templaria...”.

Pierre CRIMETZ

Soberano Gran Maestro